¿Cuál es la importancia y el rol de la imprenta en la sociedad?

 


Para contextualizar, podemos decir que la invención de la imprenta es importante para la sociedad en la que vivimos. Para poder entender eso lo primero que debemos hacer es realizar un breve recorrido por la historia más reciente en base a la siguiente pregunta: ¿Cuáles creen ustedes como individuos, que han sido los hitos más importantes que han marcado o iniciado el cambio en la vida de las personas?

Esto dio origen a grandes innovaciones en áreas científicas e investigación,  provocando al mismo tiempo grandes revoluciones de diversos orígenes tales como:

En primer lugar, la revolución científica e intelectual sucedida entre mil seiscientos y mil setecientos. Y en segundo lugar, la revolución social y cultural sucedida entre mil ochocientos y mil novecientos a nivel nacional e internacional.  Al mismo tiempo esto provoco grandes cambios en el ámbito intelectual creándose las primeras universidades, centros de documentación y centros de investigación de nuestro país, las cuales se dedicaban directamente al tema de la investigación. Creando las primeras revistas científicas y diarios en ser publicados y editados por especialistas e intelectuales de la época en la que vivieron cada uno de ellos.

Los pueblos o tribus que antes de convertirse en sedentarios, eran pequeños pueblos o tribus nómadas que viajaban de un lugar a otro recolectando y cazando alimentos a cosecharlo en sus propias huertas. A medida que estos pueblos o tribus fueron evolucionando con el tiempo, pasaron a convertirse en grandes ciudades o sociedades independientes, las cuales se regían por un monarca o señor que tenía el poder sobre todo el territorio.

Este gran paso ocurrió debido a la invención de la escritura a finales del IV milenio A.C, y concluyo con la invención de la imprenta a principios de 1450 aproximadamente por el reconocido inventor y padre de la imprenta moderna Johannes Gutenberg.

Es por eso que debemos ser capaces de analizar lo que ha sido descubierto en base a investigaciones anteriores que aún no han concluido, para luego descubrir que cosas o mejor dicho lo que no hemos podido descubrir con la ciencia y para finalmente mirar de una manera objetiva lo que ha sucedido a lo largo de los milenios. En base a las grandes revoluciones culturales, revoluciones sociales y revoluciones intelectuales surgieron numerosos movimientos sociales y escuelas especializadas en el tema intelectual con sus respectivas derivaciones que han aparecido años o siglos después.

Sin embargo, llama la atención de que en esa época no se le daba mucha importancia a la lectura, ya que la llegada de los libros a nuestro país era muy restringida, porque los barcos que llegaban a nuestro país eran revisados y algunos eran requisados por la Iglesia Católica. No todos los libros que llegaban eran aceptados por la Iglesia, incluso algunos eran tildados de herejes por la misma Iglesia por ir en contra de los valores morales.

La imprenta es el alma de la misma, puesto que por ella podemos transmitir el conocimiento a todos los escenarios privados y públicos. La imprenta en si misma ha conseguido que la cultura sea patrimonio colectivo, al poder llevarla a todos los sitios. Además, ha sido capaz de acercar el entretenimiento a todos los tipos de públicos existentes a través de los libros.

De acuerdo a Subercaseux (2000), “durante los primeros siglos de la colonia no hubo imprenta, ni editoriales y los libros que tenían llegaban desde Lima. Lo único que existía eran talleres de impresión, los cuales eran rudimentarios y si se quería imprimir documentos como reglamentos, estos tenían que enviarse a Buenos Aires para su impresión (Subercaseux, 2000:p13)”.

La primera universidad que existió en nuestro país, fue la Universidad de San Felipe y que solo recibían libros de carácter eclesiástico, los cuales eran aceptados y recibidos por los fiscales encargados de las doctrinas religiosas y políticas sustentadas por la Corona en España. A finales del S. XVIII, tras la expulsión de los Jesuitas, la Universidad de San Felipe heredo los libros que tenía la compañía, los cuales quedaron en una situación más bien de depósito, que para ser usados por la universidad. Por lo tanto, muchos jóvenes ilustrados de nuestro país, debían ir a estudiar al extranjero como a España, Inglaterra, Francia, Italia, Alemania, Perú, Argentina, Estados Unidos o México, debido a la falta de materiales adecuados, con respecto a las carreras que ellos estaban estudiando en la universidad de nuestro país o las carreras que eran impartidas en las universidades chilenas de ese tiempo.

El inicio de la imprenta en Chile: la máquina de la felicidad de acuerdo a Bernardo Subercaseaux en su libro “Historia del libro en Chile”, se puede señalar lo siguiente:

Los primeros pasos de la imprenta en Chile, fueron bajo el Gobierno del Presidente José Miguel de la Carrera y Verdugo, en donde “a fines de 1811, bajo el Gobierno de José Miguel Carrera, llego al país la primera imprenta. Junto con ella, desde Boston llegaron tres tipógrafos norteamericanos que se encargaron de montarla y hacerla funcionar. En ella fue impreso en 1812 el primer diario chileno, la Aurora de Chile y en 1813 El Monitor Araucano” (2018).

Durante el periodo de la Reconquista, el espacio público volvió a ser más controlado, aunque no se interrumpió ya la incipiente actividad editora que se había iniciado junto al proceso de la independencia. A partir de la década de 1840, las instituciones surgidas bajo el ideario republicano de la Independencia, fundamentalmente el Instituto Nacional y la Biblioteca Nacional comenzaron a dar sus primeros frutos. En el año 1804 antes de la llegada de la primera imprenta a nuestro país, se percibía a Chile como una región incomparablemente dotada para llevar a cabo la utopía ilustrada. Por su naturaleza y su clima se percibía al país como un laboratorio y como una región privilegiada para la astronomía, la geografía, la náutica y la física. Así como también, era considerado como un suelo fertilísimo para las artes y la industria.

En años anteriores se había descrito a la imprenta como “el arte por más favorable al avance de las ciencias, arte que fue descubierto a mediados del siglo XV”, por la Encyclopédie ou Dictionnaire Raisonné de Science, des Arts et des métiers. Además, la enciclopedia destaca  la función trascendente de la imprenta, sosteniendo que esta máquina inmortaliza el pensamiento humano y convierte ese perenne en eterno. En cierto sentido a la imprenta se la describía como el sol, por su capacidad de alimentar los pensamientos hasta el fin de los siglos.

Antes de la invención de la imprenta los monjes eran hasta el siglo XV las únicas fuentes escritas de peso en la sociedad, ya que durante el periodo del Feudalismo, a quienes se les otorgo el papel de la reproducción y difusión del conocimiento fue a la Iglesia Católica. Sin embargo, eso provoco un grave problema, ya que se aceptó que esta tomase un papel de censor y marcara de la “agenda setting”, los temas de los que se podían hablar y que quedaban relegados al olvido.     

La Universidad de Valencia (2016), menciona que “con la invención de la imprenta el proceso de copiado se aceleró y en cuestión de unos pocos años los escritos abarcaron un público enorme gracias a la difusión de conocimientos y el abaratamiento de los costos de producción. Básicamente la invención de la imprenta hizo posible la multiplicación de textos en la Edad Media, cuando la edición de libros estaba muy restringida, revolucionó la cultura al ampliar el número de lectores potenciales al multiplicar el número de libros y reducir su costo, por lo que la alfabetización recibió un impulso enorme, nunca visto hasta la fecha”. 

La imprenta es una de las invenciones más importantes de la historia, ya que desde ese momento, no solo el clero o las monarquías (el poder absoluto), tendrían acceso al conocimiento existente los cuales mantenían para sí mismos que abarco toda la Edad Media. Es por esto, que la invención de la imprenta influyo en la iglesia y las monarquías absolutas, perdieron el control de lo que se imprimía, sobre la difusión de ideas contrarias al feudalismo y a la religión establecida distribuyéndose por toda Europa. Por lo tanto, tras la invención de la imprenta de Johannes Gutenberg, alrededor de 1453 el trabajo de los copistas se amplió, entrando en juego nuevas imprentas y con ellas un mayor capital económico. Durante el periodo en que los monjes mantuvieron la soberanía y el poder sobre los escritos en Europa los índices de alfabetización eran ínfimos, pero cuando las imprentas empezaron a realizar el copiado de libros, estas se rigieron por los temas más solicitados e imprimían por encargo una vez superada la censura que tenían los libros impuestas por la iglesia, comenzaron a imprimir libros de diversas temáticas y esto se fue ampliando con el paso de los años.

Los patriotas ilustrados tales como José Antonio de Rojas, Juan Egaña, Manuel de Salas y Camilo Henríquez, percibían a la imprenta como una máquina destinada a sacar del letargo a la razón y a perfeccionar al hombre. Así como un instrumento para la educación y regeneración de los pueblos, denominada como “una máquina de la felicidad”.

En el año 1810, Juan Egaña le propuso a Don Mateo de Toro y Zambrano las conveniencias de tener una imprenta, las mismas conveniencias que llevaron a que durante el Gobierno de José Miguel de la Carrera y Verdugo, a finales de 1811 llegará a la ciudad de Valparaíso la primera imprenta.

El invento de la imprenta transformó la sociedad humana y abrió una nueva era al conservar el pensamiento escrito y/o la imagen al difundirlos a la sociedad. La evolución ha sido notable y trascendente, aunque los primeros impresos avances fueron realizados por Johannes Gutenberg. Además, la historia narra que La Biblia no solamente fue el primer documento impreso, sino que fue el documento impreso más perfecto de todos los publicados, incluso en esta época. Desde ese periodo hubo un continuo avance, como la invención de la imprenta mecánica, llegando a publicarse los primeros periódicos, folletos y revistas de la historia. Hasta llegar a la invención de la imprenta electrónica, imprimiendo las primeras fotocopias y litografías. Para llegar a la actual rama de la imprenta, para colocarle algún nombre que nos señale que nos estamos refiriendo a la imprenta digital. Con lo anterior, te podemos decir cuál es y seguirá siendo su importancia, convirtiéndose en uno de los pilares fundamentales para la comunicación en la actualidad.

Tras la aparición de la imprenta y la aparición de los primeros periódicos de índole nacional en nuestro país, podemos decir que hubo un cambio de paradigma no solo económico, cultural y social, sino que también provoco un cambio en la mentalidad de los intelectuales y aristócratas de la época. Porque comenzaron, a agruparse en nuevas sociedades de índole intelectual, tales como la “Sociedad de la Igualdad”, la “Sociedad Chilena de Historia y Geografía”, la “Sociedad Chilena de Historia de la Medicina”, la “Sociedad Nacional de Agricultura” y la “Sociedad de Escritores de Chile”, entre otras.

La Sociedad de la Igualdad y la más reconocida de todas las sociedades en nuestro país, fundada por Santiago Arcos y Francisco Bilbao el 14 de abril de 1850. Durante el periodo de la República Conservadora iniciada en Chile en el año 1831, se intentó controlar la moral y las costumbres sociales al estilo conservador. 

Sin embargo, las ideas liberales llegadas de Europa de donde las capturó Francisco Bilbao, promoverán la irrupción de estas tendencias revolucionarias, tales como las primeras ideas del socialismo francés y su idea del poder del proletariado. La Sociedad de la Igualdad tenía como bandera de su programa el periódico chileno “El amigo del pueblo”, existente por un breve periodo en 1850 (a mediados del siglo XIX). Fue utilizado como un difusor de información, por los respectivos dirigentes y fundadores de la Sociedad de la Igualdad, para dar a conocer lo que estaba sucediendo en el país. El Amigo del Pueblo existió entre el 01 de abril de 1850 y el 03 de junio de 1850. Aún podemos recordar una frase escrita por el reconocido poeta, periodista, empresario y político Eusebio Lillo que apareció en el periódico El amigo del pueblo: “para que el pueblo se rehabilite de veinte años de atraso y tinieblas”, como le llamaban al período de la República Conservadora.

La invención de la imprenta y su posterior llegada a los diferentes países a lo largo del planeta, ha iniciado una revolución en cadena provocando grandes cambios, ya sean buenos o malos dependiendo del punto de vista en que uno lo mire. Lo que podemos decir, es que la imprenta dio origen a lo que hoy conocemos como la fotocopiadora o impresora moderna. Este ha sido un proceso muy largo y lleno de cambios, que han sido difíciles de analizar y comprender aun en la actualidad.

Para sintetizar, de acuerdo a lo señalado en el texto de Bernardo Subercaseaux "Historia del libro en Chile", podemos concluir de la siguiente manera:

La invención de la imprenta en el año 1453 por Johannes Gutenberg, esto dio origen a que las copias de libros o copias de manuscritos, fueran mucho más rápidas y sencillas al momento de ser copiadas a mediados del Siglo XV. Porque provoco grandes cambios, no solo culturales y sociales, sino que también provoco grandes cambios a nivel intelectual. Desarrollándose nuevas tecnologías e innovaciones científicas e investigativas, hasta llegar a nuestros días.

Sin embargo, la imprenta llegó a nuestro país casi cuatrocientos años después. En contraste, con otros países americanos, quienes en el año 1800 ya tenían miles de libros publicados.

La historia moderna sería inconcebible sin la invención de la imprenta, ya que su uso e invención  cambió por completo la cultura occidental y posteriormente la historia del mundo en el que vivimos. Hasta 1453 los conocimientos se transmitían mediante manuscritos elaborados por monjes: con la invención de la imprenta el proceso de copiado se aceleró y en cuestión de unos pocos años, los escritos abarcaron un público enorme gracias a la difusión de conocimientos y el abaratamiento en los costos de producción.

La imprenta es un artilugio necesario para la educación, porque mediante el uso de esta ha logrado su expansión y crecimiento a lo largo de los años y siglos. Porque muchos intelectuales que surgieron a principios de 1800 en nuestro país, tuvieron que abandonar el país, para ir a estudiar a países con un mayor desarrollo intelectual que el nuestro para poder continuar sus estudios universitarios, en otras áreas que en nuestro país no estaban lo suficientemente capacitadas para poder continuar sus estudios.

Además, esas mismas áreas en la que nuestros patriotas chilenos, deseaban especializarse no tenían el material necesario para que ellos continuaran sus estudios, porque en esa época aun estando bajo el poder de la Corona española. Todo el material ilustrado u obras que llegaban a nuestro país antes de la llegada de la primera imprenta a Chile en el año 1811, eran recibidos y aprobados por la Orden de los Jesuitas y algunos eran requisados por la misma orden bajo la aprobación de la Corona española.

Si bien es cierto que la imprenta a su llegada a Chile se convirtió en un alivio para la mayoría de los ciudadanos de nuestro país. También, se ha encontrado con ciertas dificultades al momento de integrarse en la sociedad en la que vivimos como parte esencial de ella.

Por ejemplo, podemos ver eso cuando se crearon los primeros periódicos en Chile, como la “Aurora de Chile en 1812” y el “Amigo del Pueblo en 1850”, no alcanzaban a durar más de un año, ya sean por dificultades económicas, sociales, culturales. Y en algunos casos, porque iban en contra del Gobierno de turno, como es el caso del periódico El amigo del Pueblo”, el cual era manejado y editado por la Sociedad de la Igualdad.

Además, consta decir que el gobierno decidió utilizar la imprenta para la creación de documentos políticos y administrativos, más que como un medio de comunicación. Dando origen a la primera Biblioteca Nacional de Chile, bajo el Gobierno de José Miguel de la Carrera y Verdugo en 1813.


Bibliografía.

Lillo, E. (2014). Memoria Chilena, La Revista de Ciencias i Letras. Recuperado de: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-95399.html

Lillo, E. (2018). Memoria chilena, El amigo del pueblo (1850). Recuperado de: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-93802.html

Memoria chilena. (2018). La imprenta en Chile: el lento desarrollo de la cultura escrita en una sociedad tradicional. Recuperado de: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3519.html

Memoria chilena. (2018). El artesanado en la sociedad de la igualdad. Recuperado de: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-94755.html

Subercaseaux, B. (2000). Historia del libro en Chile: alma y cuerpo. Editorial Andrés Bello, pp.13. Recuperado de: http://www.uchile.cl/documentos/historia-del-libro-en-chile-bernardo-subercaseaux-edtorial-lom-2000_102807_0_2502.pdf. 

Universidad de Valencia. (2016). La invención de la imprenta y su impacto en la historia. Recuperado de: https://www.uv.es/uvweb/master-historia-formacion-mundo-occidental/es/master-historia-formacion-del-mundo-occidental/invencion-imprenta-impacto-historia-1285932066992/GasetaRecerca.html?d=Desktop&id=1285961209839

Vial, R., Lillo, E., Bilbao, M. (2018). Memoria chilena, El amigo del pueblo. Recuperado de: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-86258.html

 

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